Los crossover analógicos no están en absoluto "pasados de moda". Siguen teniendo su lugar y se utilizan con éxito en muchas aplicaciones de audio. Su uso es especialmente popular en sistemas de alta fidelidad y productos de audio de gama alta en los que se valora la pureza sónica y la sencillez.
Los crossover analógicos (pasivos) también tienen la ventaja de su fiabilidad y funcionamiento sencillo. No necesitan su propia fuente de alimentación, tienen menos componentes electrónicos y, por lo tanto, son menos susceptibles a fallos técnicos.